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sábado, 6 de noviembre de 2010

Fisicoculturismo: Riesgo del consumo excesivo de proteínas

Las proteínas son esenciales para el cuerpo humano, formando más de 50.000 compuestos proteicos, de los cuales 65% están concentrados en el tejido muscular. De entre las proteínas corporales están las hormonas, enzimas, anticuerpos, proteínas de transporte (Ej.: hemoglobina, albúmina, globulina), proteínas estructurales formadoras de piel, uñas, cabellos, tendones, ligamentos, músculos, órganos y huesos. Además, después de su degradación ella puede ser desaminada y convertida en glucosa y servir como fuente de energía para el cuerpo.

Los Carbohidratos, proteínas y lípidos componen el grupo de los macronutrientes; los carbohidratos y grasas son compuestos sólo de carbono e hidrógeno, mientras las proteínas se diferencian por poseer también nitrógeno en su composición. En términos energéticos, las proteínas suministran lo mismo que los carbohidratos, 4 kcal por gramo, y los lípideos 9 kcal por gramo.

Estructuralmente las proteínas están compuestas de una combinación de aminoácidos. Estos están en constante movimiento en el cuerpo, sobre todo entre el hígado, músculos y sangre, proceso denominado de turn-over proteico. Ese proceso es necesario para que los aminoácidos desempeñen todas sus funciones en el cuerpo.

El consumo excesivo por sobre las dosis especificadas por el nutricionista o por los instructores en los gimnasios y sobre todo de proteínas puede sobrecargar la puesta en marcha del hígado y de los riñones. Vamos a discutir lo que lleva a esa sobrecarga.

Antes de que los aminoácidos puedan servir como fuente de energía, ellos necesitan perder su grupo nitrogenado a través de uno de los dos procesos siguientes:

* Desaminación: se trata de la retirada del agrupamiento amina (NH3+) de un aminoácido, el cual es convertido en amonio y urea en el hígado. Estos, a su vez, son removidos del cuerpo por los riñones y por las glándulas sudoríparas. Cuando el agrupamiento amina es retirado del aminoácido, lo que sobra es un esqueleto de carbono, que será convertido en glucosa en el hígado, proceso denominado gliconeogénesis. Este proceso es bastante activo en dietas muy altas en proteína y en ayuno prolongado (más de 4 horas sin alimentarse).
* Transaminación: Es la conversión de un aminoácido en otro. Ocurre cuando un agrupamiento amina (NH3+) de un aminoácido es transferido para un esqueleto de carbono formando un nuevo aminoácido. Este proceso necesita de la vitamina B6 como co-factor. Esas reacciones dependen básicamente de sus enzimas para que acontezca, la ALT o TGP – alanina aminotransferasa, y la AST o TGO– aspartato amina transferasa. Esas 2 enzimas son bastante utilizadas como marcadores de daño en los hepatocitos (células del hígado). En las dietas hiperproteicas esos valores pueden aparecer elevados al examen de sangre.

Una ingesta excesiva de proteínas aumentarÁ la utilización de esos 2 mecanismos, llevando a una mayor sobrecarga del hígado y de los riñones.

No hay un consenso sobre esto, pero la mayor parte de las publicaciones científicas y la que la International Society of Sports Nutrition recomienda que dependiendo del tipo de deporte practicado, la ingesta proteica debe oscilar entre 1,4 y 2,0 gramos de proteína por kg de peso corporal por día. Para los ejercicios de resistencia 1,0 a 1,6 g/kg y ejercicios de fuerza de 1,6 a 2,0 g/kg.

* Ingestiones mayores que los 2 gramos por kg de peso corporal por día no están demostrando ganancias adicionales en la composición corporal de practicantes de ejercicios físicos de fuerza. Además, dietas muy hiperprotéicas pueden resultar en daños a los riñones, hígado y aumentar la excreción de calcio urinario.
* Otro punto importante es que este tipo de dieta es que puede aumentar el riesgo de deshidratación, pues la urea, producto del metabolismo de las proteínas, que estará en mayor cantidad en la sangre en dietas hiperproteicas, es eliminada vía urinaria y solubilizada en agua, y con ello una mayor cantidad del agua es perdida por la orina.

Entonces, los atletas y practicantes de ejercicios físicos muchas veces no tienen que aumentar su ingesta de proteína en relación a su dieta habitual. Además de la cantidad de proteína de la dieta, otros factores son de extrema importancia para la mejora de la performance y de la composición corporal, como: el tiempo y la selección del tipo proteínas a consumir. Es siempre bueno recordar que esos y otros aspectos deben ser evaluados por el nutricionista para la planificación de una dieta individualizada, vinculada al objetivo y que no traiga riesgos para su salud.

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